El pequeño pollito Pío

En una granja soleada, debajo de una gallina muy grande y suave, vivía un pollito llamado Pío. Pío era muy pequeño y amarillo como el sol.

Un día, Pío sintió mucha curiosidad por lo que había fuera del nido. Su mamá gallina le dijo: «¡Cuidado, Pío! El mundo es grande». Pero Pío era un pollito muy aventurero.

Con mucho cuidado, Pío se asomó y vio un montón de cosas nuevas: ¡hierba verde, flores de colores y un charco brillante!
«¡Pío, pío!», exclamó Pío, emocionado.
Se bajó del nido, dando pequeños saltitos. La hierba le hacía cosquillas en sus patitas amarillas. Vio una mariquita roja con puntitos negros caminando lentamente por una hoja.

«¡Hola!», pió Pío. La mariquita no dijo nada, solo siguió su camino.
Luego, Pío vio una mariposa con alas de color azul y amarillo volando de flor en flor. Intentó alcanzarla, dando pequeños saltitos, pero la mariposa era demasiado rápida.

De repente, Pío escuchó un ruido fuerte: «¡Guau, guau!». Era un perrito grande y peludo que jugaba cerca. Pío se asustó un poquito y corrió a esconderse detrás de una margarita gigante.

El perrito no lo vio y siguió jugando con una pelota roja. Pío esperó un ratito, hasta que el ruido desapareció.

Recordándose de lo que le dijo su mamá, Pío sintió un poquito de miedo de estar solo. Decidió que era hora de volver al nido.
Con pasitos rápidos, regresó junto a su mamá gallina. Ella lo recibió con sus alas suaves y cálidas.

«¡Pío, pío!», dijo Pío, acurrucándose junto a ella.
«¡Oh, Pío! Me alegra que estés aquí», cacareó su mamá.
Pío se sintió muy seguro y feliz junto a su mamá. Aprendió que el mundo es muy interesante, pero que no hay lugar mejor que estar con mamá.

Y así, el pequeño pollito Pío se quedó dormido, soñando con mariquitas, mariposas y el calor de las alas de su mamá.