El ratón valiente y la gran aventura

Había una vez un pequeño ratón llamado Max. Aunque Max era pequeñito, tenía un corazón gigante lleno de valentía y curiosidad. Vivía en un acogedor agujero dentro del granero de una granja. Todos los ratones decían que era peligroso salir al campo, pero Max soñaba con explorar el mundo.

Un día, Max decidió salir en busca de la Luna. Había oído una historia que decía que la Luna era un enorme queso brillante en el cielo. “¡Debe ser delicioso!” pensó Max, y con su mochila hecha de hojas y su bastón de ramita, partió en su aventura.

En el camino, Max conoció a otros animales. Primero, se topó con la sabia tortuga Tina. “¿La Luna? No puedes alcanzarla, está en el cielo,” dijo Tina con una sonrisa. Pero Max no se rindió. Luego, se encontró con Felipe, un amable conejo que le dio una zanahoria para su viaje. “Por si te da hambre,” dijo Felipe.

Cuando llegó la noche, Max subió a una colina alta para ver mejor la Luna. Alzó sus patitas al cielo y dijo: “¡Luna, ven a mí!” Aunque no pudo alcanzarla, Max se dio cuenta de algo increíble: ¡la Luna iluminaba todo el campo como si lo estuviera abrazando!

Max regresó al granero, feliz con su aventura. Les contó a los demás ratones lo hermosa que era la Luna y cómo había conocido nuevos amigos. Todos aplaudieron su valentía, y Max comprendió que no siempre es necesario alcanzar un sueño para disfrutar el camino.

Desde entonces, Max fue conocido como “Max el valiente,” el ratón que nunca dejó de soñar.